Desde hace bastante tiempo, mi celebridad masculina favorita es Tyler, The Creator. La primera vez que lo escuché, sentí que su música era algo que había estado buscando toda mi vida sin saberlo. Al principio, lo escuchaba de un modo casual, de cierta forma. Pero cuando me fui adentrando en el análisis de su música, su estética, los mensajes ocultos en cada uno de sus proyectos y en él, tanto como persona como artista, entendí que iba mucho más allá que cualquier rapero o cantante que había conocido.
El storytelling de Tyler es algo maravilloso: nos regala proyectos emocionalmente intensos que tocan el alma del oyente a través de una experiencia audiovisual imposible de igualar. Me parece fantástico cómo, en cada álbum, expone de manera tan sincera cada etapa de él mismo como persona.
En Goblin pudimos conocer la era más oscura y retorcida de Tyler, pero Chromakopia, su nuevo álbum, lo siento como el más genuino y sincero. A pesar de ser bastante honesto por momentos, nada viene desde un lugar de oscuridad. Se nota que es un proyecto sumamente especial para él.
En esta ocasión, el alter ego que nos trae Tyler con su nuevo álbum, Chromakopia, es “St. Chroma”, y según teorías de los lugares más recónditos de internet, está inspirado en el personaje “Chroma The Great” del libro The Phantom Tollbooth. El trabajo de Chroma en el libro es dirigir una orquesta que colorea el mundo. Sin su música, el mundo no tendría color. Y si pones atención, puedes ver que en el video, St. Chroma se muestra como una especie de dictador enmascarado, y al final, cuando explota todo el entorno de control, se revelan los colores en el mundo. Para mí, el inicio de este álbum representa en parte la búsqueda de significado de la vida en medio de la rutina diaria, además del reconocimiento de la luz que existe en nosotros y el potencial que tenemos.
Otra cosa que puedes notar en este álbum es que se caracteriza por romper patrones que Tyler había seguido durante años. ¿Publicar álbum cada 2 años? Bye. ¿Publicarlo un viernes? Bye. ¿Que el track número 10 sea una fusión de dos canciones? Bye. Está haciendo las cosas a su propio ritmo.
Además, es claro que la estética del álbum es completamente diferente a las demás, empezando por la gama de colores. Estoy verdaderamente sorprendida de que la persona que sacó Goblin haya evolucionado al Tyler actual. Un Tyler que cree en él, pero que puede tocar su vulnerabilidad y su lado más sincero.
Este álbum lo siento bastante contradictorio porque Tyler nos enseña que es un ser humano con conflictos bastante comunes, pero nos lo enseñó con un álbum que, a nivel producción, sobrepasa todos sus álbumes anteriores, e hizo que conectemos con cada una de las canciones, no sólo por la letra, sino también por medio de ritmos pegajosos y súper bien estructurados.
Chromakopia me parece un proyecto vulnerable, pero muy maduro. Definitivamente, alguien que escuche a Tyler por primera vez con este álbum puede tener una percepción diferente a la mía, pero crecer junto con la música de Tyler es literalmente crecer junto a él. Cada uno de sus álbumes es increíble a su manera. Algunas de sus canciones te ponen muy feliz, otras muy triste, otras muy enojado, y de eso se trata: de consumir música que nos haga sentir y conectar con todas las emociones posibles. Tyler es un artista único, su rap no tiene nada que ver con el resto de los de su industria. La voz que tiene es de otro planeta y es reconocible para cualquier persona.
Tyler termina el albúm con “I Hope You Find Your Way Home” expresando el deseo que tiene de pertenencia y autoaceptación. Después de navegar entre tanto dinero, personas, lugares, etapas y emociones, sólo quiere sentir que tiene un hogar; Un hogar no es un lugar físico, es un lugar espiritual.
Ahora que estoy empezando a considerarme adulta, escuchar este álbum sumamente adulto me hace sentir demasiado acompañada. Chromakopia me causó la misma sensación que todas las películas coming of age que tanto le gustan a nuestra generación. Gracias, Tyler.
